Por Robert Aguilar
¿Qué posee un hombre a que entre a un espacio de dieciocho pies por dieciocho pies para enfrentarse a otro hombre a una batalla física y mental? Desde los inicios del hombre se ha comprobado que el ser humano por naturaleza es competitivo. Tomemos por ejemplo a la Grecia antigua donde las olimpiadas se originaron. Los atletas de esa era competían por la gloria y el estatus que les traía un triunfo, en aquellos tiempos no había contratos de millones de dólares, el único premio era una simple corona de hojas de oliva y el derecho de presumir que eras un ganador.
Los tiempos han cambiado mucho y hoy en día sería un insulto ofrecerle a un atleta una corona de hojas de oliva como premio. Estoy completamente de acuerdo que los atletas y en este caso los boxeadores ganen todo el dinero posible, es lo justo tomando en cuenta todo lo que ellos arriesgan para entretener a los aficionados.
Se puede decir que es la afición y el dinero que gastan en la compra de boletos y de eventos televisados por paga quien le paga el salario a los peleadores y promotores.
Es por esa razón que los mismos tienen una obligación a los aficionados. Se me hace un ridículo que hay peleadores que escogen pelear contra a aquellos que saben sin duda que les pueden ganar. La pelea más reciente que demuestra esto fue la de Juan Manuel López vs. Rafael Márquez. López es un joven de veinte y siete años y Márquez ya un veterano de treinta y cinco años quien ya está al final de una larga carrera. No quiero menospreciar a López, es muy
obvio que tiene talento y por eso lo correcto serio poner ese talento a una prueba verdadera. Lo mismo se puede decir de Floyd Mayweather Jr. quien se niega a pelear contra los mejores en su división sin embargo tiene el valor de llamarse el mejor boxeador de toda la historia simplemente porque nunca ha sido derrotado.
Cómo es que un peleador se niegue a pelear contra otro peleador, tome un minuto para reflexionar en lo que acabo de decir. ¿Qué absurdo seria si algún día los Yankees de Nueva York se negaran a jugar contra Las Medias Rojas de Boston?, ¿Qué tal si Los Toros de Chicago se negaran jugar contra Los Knicks de Nueva York? Primero la afición les daría un ataque de risa y después creo que se levantarían en armas. Varios de mis mejores amigos viven y mueren por sus equipos favoritos así ganen o pierdan, al igual usan las playeras y cachuchas sin ninguna vergüenza por una derrota. El aficionado al box no es diferente y como aficionado al box lo puedo afirmar.
Claro que siempre nos gustaría que nuestro boxeador favorito siempre ganara por también apoyamos cuando hay derrotas. Si no me cree, pregúntele a cualquier peleador que a perdido una pelea, pregúntele si los aficionados aún les piden autógrafos o que posen por fotos. La verdad es que el aficionado no le importa ese cero bajo la columna de derrotas, lo que si les importa es que el boxeador le ponga todo su empeño, corazón y garra cada vez que se suben a ese espacio llamado ring de box. Mi mensaje a los boxeadores es: olvídense de ese cero y hagan lo que saben hacer y eso es pelear.
Se lo deben a sus aficionados.
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