Por Robert Aguilar
Cuando le platico a la gente de la pasión que siento por el boxeo muchos de ellos me preguntan que porqué me gusta un deporte tan violento y brutal. Otros hasta lo llaman un deporte bárbaro. Yo lo veo completamente diferente. Si, uno de los objetivos del boxeo es lastimar tú oponente hasta que la pelea sea detenida, haya un nocaut o que la pelea llegue terminar su totalidad. Aún insisto que hay otro lado del deporte y los que no lo siguen no lo ven, o simplemente están muy ocupados criticándolo para darse cuenta.
Siempre se dice que los boxeadores tienen corazón, ésta frase se usa para describir a los peleadores que nunca se dan por vencidos sin importar el castigo que estén recibiendo. Todos podemos nombrar peladores que en nuestra opinión, consideramos peleadores con corazón, también hay que reconocer que se requiere mucho valor para subirse a un ring, ya sea al nivel amateur o profesional. Por naturaleza
los boxeadores tienen corazón.
El tener corazón no solo significa pelear hasta el final sin rendirse, tiene un significado aun más profundo. Significa saber cuándo seguir y cuando detenerse. Es aquí cuando vemos el otro lado del boxeo.
Boxeadores por muy machos que tienen compasión, compasión por sus oponentes, es una de las reglas no escritas del boxeo que me escucharán hablar de vez en cuando. ¿Está sorprendido de saber que los boxeadores tienen compasión por sus contrincantes? Es verdad, el mismo corazón que tiene
un peleador de nunca darse por vencido, es el mismo corazón que usa para tenerle compasión a su oponente cuando ya está derrotado.
Si usted vio la pelea de Pacquiao vs. Margarito hace unas semanas, entonces sabe exactamente de lo que estoy hablando. Margarito recibió una paliza, parecía que paraba todos los golpes de Pacquiao con su cara. Lo que Margarito le faltó de talento lo balanceo con corazón. Fue superado por un peleador mucho más pequeño, sin embargo se negó a rendirse. Me acuerdo que su entrenador Robert García entre el diez
y once round le preguntaba a Margarito: ¿quieres que te pare la pelea? Sin pensarlo dos veces Margarito le contestó: “no la pares, no la pares”.
Hubiese sido muy fácil en ese momento que Pacquiao completamente destrozara a Margarito o que Margarito decidiera no seguir. Sin duda Pacquiao se resistió y obedeció la regla. Si Manny no hubiera obedecido dicha regla las lesiones de Margarito serían aun más severas de lo que fueron, pudieran ver resultado en la muerte de Margarito. Tener la muerte de un hombre en tu conciencia debe ser un peso muy grande con el que vivir. Porque los dos Pacquiao y Margarito demostraron mucho corazón la noche que pelearon varias vidas fueron salvadas.
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